Ayer: “Entre el cielo y la tierra” Parte 8
- cryztal2
- 18 ago 2012
- 5 Min. de lectura
Iba caminando por la calle cuando me choque con esta chica hermosa que tenía un montón de libros en sus brazos y todos ellos cayeron al piso enseguida me agache y comencé a recogerlos mientras le pedía disculpas sin saber cómo. - Discúlpeme señorita no la vi venir estaba distraído- le decía mientras le alcanzaba los libros -No tienes de que disculparte yo tampoco te vi, íbamos los dos distraídos- en ese momento me apresure en recoger el último libro pero ella también y termine tomando su mano me miro a los ojos y me dijo- ¿Nos habíamos visto antes? – Y fue ahí cuando la vi y supe que era ella pero no pude más que responder -No que yo recuerde aunque su cara me es familiar de alguna manera - Quien sabe quizás en otra vida…-y sonreí- ¿Como es tu nombre? -Gabriel, ¿el suyo? - Me llamo Camila un gusto, bueno ahora si me disculpas debo continuar mi camino o no llegare a tiempo, mi novio me está esperando Gabriel- Claro perdón por retrasarla con todo esto Camila- Ya deja de preocuparte, bueno Gabriel estoy segura que nos volveremos a ver así que hasta luego Gabriel- ¡Hasta Luego! – Y ella siguió su camino y yo el mío, pero sentí algo extraño y me di vuelta para verla marchar y la vi mirando, entonces me le acerque nuevamente-Espera… Camila -Dime… Gabriel -¿Sabes quién soy? Camila – Quizás la pregunta correcta es… ¿tú sabes quién eres? Gabriel – ¿A qué te refieres? Camila – No estamos aquí por nada, ni hacemos lo que hacemos porque si…no soy yo por lo que vuelves…Solo debes darte cuenta que no todo está a tu alrededor y que todo continua….la vida siempre continua…recuérdame y olvídame yo nunca fui para ti…no es ese mi destino, ni tiene porque ser este el tuyo Gabriel -¿Qué eres? Camila – Más de lo que fuiste tú y siempre lo supiste pero jamás quisiste verlo Gabriel -¿Por qué nunca lo dijiste? Camila -Por lo mismo que tú callabas… Gabriel -Pero si éramos iguales no tenía que ser así… Camila -Te escuche una vez pensando…pensabas si eras tú quien me cuida o soy yo quien te cuida a ti y sabes bien la respuesta, entonces escúchame bien…aléjate de mi y sobre todo de él…no hagas lo que vas a hacer y la única forma es que te alejes…! Adiós!- ella se dio media vuelta y siguió caminando, la mire un segundo y luego le grite Gabriel -Espera – corrí hasta donde estaba y tome su mano, ella dio la vuelta, me miro fijo a los ojos y no pude evitarlo, tome su cuello y la bese…Fue el beso más lindo y a la vez más doloroso que jamás le haya dado a nadie en este mundo extraño, pude sentir todas sus vidas en mis labios, pude ver corriendo en mi cabeza todos sus recuerdos, un millón de emociones se apoderaron de mi cuerpo de una manera tan fuerte que dolía y la solté – ¿Porque lo hiciste? Camila -Tú me pediste la verdad y sé que aunque te lo siga pidiendo no te vas a alejar Gabriel -No debiste- y me aleje de ella corriendo, en ningún momento quise dar vuelta para verla, solo la quería lejos de mi y mientras mas corría mas podía sentirla corriendo atrás mío, llegue a mi departamento, puse llave como creyendo que pudiera evitar que entrara y me senté en la cama, la cabeza parecía que me iba a estallar, la apreté con mis manos y sus recuerdos pasaban como flashes frente a mis ojos, tape mis oídos como pudiendo evitar no escuchar todo lo que ella había escuchado, no quería saber todo eso y el que encima se apareció de la nada… -Le robaste un beso…a un ángel…y no a cualquier ángel…justo a ese ángel, ¿sigues planeando tenerla?- mis ojos se llenaron de lagrimas Gabriel -Creo que la deseo más que nunca, ¿Tu sabes lo que hace no es así? -Ellas no son para nosotros amigo…- Y golpeo mi espalda Gabriel -¿Ellas cuantas hay? - Son tres…por cada una de ellas hay uno de ellos y por cada uno de ellos seguro hay uno como nosotros. Gabriel -También viste esto… -Cuando te vi acercarte a ella tan ciego de su posición supe enseguida que tu terminarías como yo…no solo lo vi…yo la tuve, yo los separe y mira como termine, no soy de aquí ni soy allí, así es como terminamos nosotros..Escúchala Gabriel – y si no quiero…y si no puedo… - Entonces me veré obligado a decir que te lo dije cuando te hundas – y el se desvaneció y yo me recosté y una y otra vez la escuchaba y sus imágenes pasaban por mi cabeza hasta que por fin caí en un sueño profundo que me ayudo a comprender que es lo que debía hacer, desperté seguro decidido sabia que esa era la solución o es lo que creí en ese momento…. Saque del cajón un cuchillo que me había regalado quien fue mi padre y me senté a afilarlo estuve durante dos horas afilándolo, creo que nada me hubiera podido detener era como si estuviera enceguecido. Cuando por fin termine lo guarde en el bolsillo del pantalón y salí a caminar, pude notar que podía escucharla más fuerte mientras más cerca la tenía hasta que por fin los vi, ahí estaban caminando delante de mí, tomados de la mano, una pareja perfecta y radiante, ambos sonriendo. Puse mi mano en el bolsillo y tome el cuchillo, cuando por fin lo tuve enfrente mío con mi mano izquierda agarre su brazo y con la derecha le clave el cuchillo con tantas ganas… ella grito y me empujo tan fuerte que me movió, yo la mire y lo mire ah el caer al piso ella lo sostenía, ella aun lo abrazaba, le hablaba y lo besaba, el cuchillo se soltó de mi mano y cayo contra el piso, ella me miro y dijo Camila -¿Qué hiciste? Gabriel – Te libere…Eres libre ahora Camila – No tienes ni idea…yo nací para amarlo a él…jamás voy a ser libre y no quiero serlo él es mi destino… y déjame aclararte otra cosa si el despierta nadie jamás será libre…vete de aquí Gabriel -Porque me dices…creí…- en ese momento no sé como lo hice pero me desvanecí como aquel viejo sabia hacer y llegue a mi departamento y el estaba sentado cómodamente en una silla junto a la mesa y me pregunto - ¿Lo mataste? Gabriel – No lo sé… - Déjame contarte una historia – me acerque hasta la mesa y me senté a escucharlo…
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