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Ayer: “Entre el cielo y la tierra” Parte 10

  • cryztal2
  • 10 feb 2013
  • 3 Min. de lectura

Estuvimos juntos inseparablemente desde ese día durante siete años, nos casamos como estaba previsto, compramos una pequeña pero acogedora casa en las cercanías de nuestras familias, íbamos a cenar con ellos una vez a la semana y éramos felices a nuestra manera hasta el día de esa fiesta… ella tenía una hermana más pequeña que se iba a comprometer con el hijo de una condesa. Todos estaban muy emocionados, haciendo planes, organizando la fiesta, disfrutando con el nuevo miembro de la familia, yo sin embargo creo que lo presentía.

Era una noche esplendida de verano, de esas en los que el calor no es sofocante y una suave brisa recorre el lugar, la luna redonda brillaba con todo su esplendor y el cielo mas estrellado que nunca y ella…no tengo palabras para describirla, había estado horas recogiéndose el cabello y arreglándose, se había puesto su vestido más bello y yo…solo no podía creer estar ingresando a esa fiesta a campo abierto, llena de flores y arreglos de la mano de la mujer más bella de todo el lugar, mi esposa.

Dimos vueltas charlamos con mucha gente, conocimos al famoso prometido, a su madre, comimos y bebimos hasta que por fin lo conocimos…el estaba allí, yo no lo supe hasta que ella me lo dijo y ella lo noto cuando al presentárselo su hermana como el hermano mayor de su prometido el tomo su mano y la beso, se quedo estática por un momento y luego dijo:

-Es un placer para mí también, me disculpan un momento – Ella lo dejo hablando con su hermano y su prometida para venir hacia donde yo estaba hablando con su padre de negocios. - Padre me disculpas pero puedo llevarme un segundo a mi esposo - Por dios hija como me dices eso, es tu esposo puedes llevártelo todo lo que quieras pero solo no lo canses que luego no podrá ayudarme con mis negocios - Ay padre, siempre saliendo con esas cosas – Ella sonrió me tomo del brazo y me llevo hasta uno de los bancos que estaba justo entre dos enormes arboles y desde los cuales se podía apreciar la belleza del cielo, nos sentamos y enseguida pregunte: - ¿Ocurrió algo? - El está aquí - Ahora, esta aquí - Allí junto a mi hermana y su prometido, es el hermano de él, pude sentirlo apenas tomo mi mano. - Y ahora… - No lo sé…solo trata de acercarte a él y veremos. - Esta bien…- Nos quedamos sentados un rato ahí, sin decir palabra.

En cuanto tiempo se suponía que yo debía irme de este mundo meses, años solo sabía que el momento estaba cerca, el tiempo se nos agotaba y no podíamos más que empezar a prepararnos.

Continuamos la velada disfrutando pero también me acercaba a él, le hablaba, le contaba cosas y lo hacía sentir cercano, tenía que lograr que el se volviera mi amigo para conseguirlo aunque en el fondo creo que sabía que no iba a ser posible.

Al irnos de allí y llegar a nuestra casa ella se sentó en una de las sillas mirándome y dijo: - Creo que se nos acaba el tiempo. - ¿Estás segura? - No entiendo porque lo preguntas - Si no lo estas, solo decidiré irme y podrás continuar como si nada de esto hubiera pasado, se que ya no lo quieres pero si no estás segura, si tienes dudas podemos hacer que solo sea hasta aquí. - ¿Tu estas seguro? - Nunca estuve más seguro de nada - Entonces yo también lo estoy.


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