Ayer: “Entre el cielo y la tierra” Parte 15
- cryztal2
- 10 jul 2013
- 7 Min. de lectura
Debo confesarles que luego de todo ese tiempo el no había vuelto a despertar en ninguna de sus formas, antes de acostarme a fingir que dormía pasaba a verla, todas las noches estaba allí, sentada en esa silla frente aquella cama de hospital donde el dormía, era muy difícil verla fuera de ese lugar, apenas se iba para bañarse y cambiarse, yo la miraba en silencio a escondidas aunque sabía que ella me sentía y esperaba como el viejo solía hacer con esa chiquilla, quien sabe quizás esperábamos un milagro, la vi llorar y me recordó aquella vez que por fin pudo verme mientras la cuidaba, volví a sentir esa envidia y por momentos deseaba ser yo quien durmiera en esa cama…pero luego volvía a la realidad donde no importa que a veces duele solo con ver su sonrisa nuevamente era feliz, donde tenía a mis dos camaradas esperando en el living uno sentado en el sillón mirando algún programa de mala muerte y el otro sentado sobre la alfombra haciéndose el sabio que meditaba luego de haberse tomado media botella de whisky pero era lindo tenerlos ahí, creo que se podría decir que eran un cable a esta tierra, por primera vez en todas mis vidas sentía que lo que hacía valía la pena, me sentía en familia y creo que para ellos también era así para Valentín fue difícil acostumbrarse a nosotros al principio pero ya ven nadie es tan duro como aparenta, Carlos, el viejo, aunque no era tan viejo saben, va no lo aparentaba, creo que cualquiera le daba entre cuarenta y tantos y como mucho cincuenta aunque le gustaba cambiar de vez en cuando, tenía la habilidad de disfrazarse, no sé si los tres podemos yo no lo he hecho y tampoco lo vi hacerlo a Valentín pero quien sabe quizás es cuestión de hacerse el sabio. Valentín era un caso aparte, también con su verdadera edad, él era como nuestro tutor, todos los días nos enseñaba algo nuevo o nos contaba alguna de sus historias o las personas que había conocido aunque a veces también aprendía de nosotros, le mostramos y contamos lo que podíamos hacer yo podía ver la esencia de las cosas, el viejo podía ser lo que quisiera y el…bueno tardamos en descubrirlo era un poco reservado con lo personal, además creo que temía que nos alejáramos de alguna forma, ya saben no es nada simpático que alguien se meta en tu cabeza y sepa todo lo que piensas y esas eran las cosas especiales que ninguno de los otros podía hacer, por las tardes o las noches salíamos a cazar si Valentín le puso ese nombre si es lo que pensaban, yo los buscaba, Valentín se metía en sus cabezas y el viejo se acercaba disfrazado a hablarles y déjenme admitir que creo que hablar era el arma as potente del viejo…era difícil callarlo cuando empezaba, ahora que lo pienso si así hablaba pobre Valentín si alguna vez se metió en su cabeza. Lo que hacíamos parecía sacado de alguna historia de ficción, de exorcismo o algo de eso, se que un poco eso nos llevo hasta aquí…quizás interferimos demasiado con el orden de las cosas pero creo que valió la pena. Nos acercábamos aquellos que estaban entre un lado y el otro, los enfrentábamos a sus futuros, los hacíamos decidir, la mayoría decidía en base a nuestro antojo pero a veces eso, solo, no pasaba y lo que seguía podía ser algo tranquilo o volverse un poco difícil de llevar..Porque a veces también los despertábamos ellos eran como los nosotros del otro lado, solo que eran muchos más y bastante intolerantes, ellos estaban para pasarlos a su lado, algunos podían estar dormidos y bueno nosotros tan solo acelerábamos el proceso el problema central era que si uno despertaba había que dormirlo pues si llegaba a contarles de nosotros… Recuerdo la primera vez que despertamos a uno, todavía no puedo creer que esa chica fue capaz de eso, morocha, esbelta, de ojos negros como la noche llevaba un jean una blusa y una campera de cuero cuando Valentín la vio nos pregunto si podíamos quedárnosla, pero bueno eso no va al caso, ella estaba sentada en un banco en la plaza como si esperaba algo, la mire, se la señale con un gesto y la cabeza a Valentín que enseguida empezó su juego, no sé realmente que hacia pero ellos se quedaban ahí inmutados, duros, como encerrados en su propio mundo, el veía sus miedos, sus deseos, sus esperanza y los enfrentaba a diferentes realidades luego lo miro al viejo y dijo: - Eso sí que fue muy difícil, no encontré mucho de que aferrarnos solo quiere a los animales odia a todas las personas le mostré un futuro en el cual su odio a las personas, su sed de venganza la llevan a terminar frente a una persona con un arma que jala el gatillo y luego una vida feliz en una casa, con marido y muchas mascotas, particularmente me aferre a ella juagando en el jardín con su perro. - Perfecto, ¿entonces me disfrazo de perro? - Por una vez, una pregunta que no sea una estupidez es tan difícil pedir viejo – enseguida -Bueno, bueno solo preguntaba seguiré con mi papel habitual – y su rostro se convertía en el de un anciano, su cabello se llenaba de canas blancas, su cuerpo se encorvaba y con un paso más lento se acercaba. Se sentó al lado de aquella chica y empezó: - Se lo que acabas de ver niña…déjame contarte que lo que viste es real, puedes ser feliz y disfrutar con tu cachorro en el jardín sabes? O puedes vivir infeliz, amargada, con ese odio tan grande que puede llevarte a terminar con tu vida tan pronto, dime, contéstame con sinceridad- lo extraño con ella fue que la mayoría se impresionaba con las primeras de sus palabra pero no paso seguía inmutada – Si pudieras elegir uno de esos futuros, ¿Cuál elegirías? – En ese momento su color cambio, lo mire a Valentín - Esto está mal, eligió el otro lado- Valentín se metió en la cabeza del viejo - Carlos aléjate – el empezó a alejarse sutilmente, cuando ella respondió. - Eso es lo que siempre hacen cuando no comprenden, destruyen, lastiman, matan…por eso prefiero a los animales, déjame decirte algo estúpido intento de humano – lo miro fijo, con odio al viejo, quien enseguida salto del banco y cambio su forma al ver que además la sombra de una gran pantera se posaba sobre ella – y díselo al tonto de tu amigo que profano mi descanso y al que te envió aquí que hace mucho, mucho tiempo que elegí. – Enseguida Valentín me dijo - Sabe que estamos aquí y quiere lastimarlo debemos acercarnos- enseguida nos paramos al lado del viejo - Así que aquí están los tres corderos que profanan mis sueños, porque me despiertan, ¿que buscan? ¿Qué son? – esa pregunta hizo que por un momento me vaya por mis pensamientos, ¿que somos? ¿que soy? ¿Quién soy? - Oye no es tiempo de preguntas existenciales, tenemos una situación aquí - Lo siento, pero dinos tu quien eres…no eres esa chica - Ella es solo un títere del cual me sirvo para descansar, soy uno de los siete parecen conocer mucho así que deberían saber quiénes somos…ahora ustedes huelen a ellos pero no lo son – Ella comenzó a caminar alrededor de nosotros como oliéndonos – ¿Qué es este juego tonto que hacen? Piensan que disfrazándose y manipulándolos lograran ganar…tontos solo lograran despertarnos a nosotros…y déjenme explicarles que si despertamos los siete sus posibilidades son mínimas pues eso sería casi como hacer que despierten los tres pilares. -No despertaran si antes de que hable alguno de ustedes nos encargamos de dormirlos – Enseguida contesto mientras le explicaba al viejo y a mí que hacer. - Tontos – De repente la pantera tras su espalda se dirigió hacia mí como si fuera a comerme, enseguida me moví justo detrás del viejo – Deja de jugar con mi mente – Miro con rabia a Valentin, la pantera fue hacia él y enseguida se movió detrás del viejo, justo a mi lado. - No eres la única que tiene mascotas – Le grito el viejo mientras se convertía en un gran tigre de bengala, que doblaba aquella pantera de sombras en su tamaño – Jamás hubiera creído que podía transformarse así en lo que quisiera con solo pensarlo hasta que por fin lo vi, solo lo había visto convertirse en otros hombres pero nunca pensé que pudiera hacer eso. El enseguida abrió su enorme boca y mientras aquella pantera empezaba a disminuir su tamaño la adsorbió de un solo bocado y aquella chica se desvaneció en el suelo mientras su color oscuro se aclaraba - ¿Qué color? – Me pregunto Valentín - Ya se fue. – El viejo volvió a su disfraz habitual, tosió y enseguida nos dijo - Eso sí que sabe a amargura – Lo miro a Valentín – Mira que si son siete el próximo te lo comes tú… - ¿Tenias alguna idea mejor? - No pero por lo menos te lo estoy advirtiendo. - Creo que es hora de terminar por hoy – Les dije a los dos. - Estoy de acuerdo, hora de salir a divertirse después de un aperitivo tan agrio nada mejor que unos buenos tragos para quitarse el sabor de la boca.- Contesto el viejo -No entiendo como después de esta sorpresa puedes pensar en ir a tomar, algún día cambiaras – Replico Valentin. - Bueno tú no te comiste a esa cosa así que me lo debes. Terminamos yendo a un viejo bar al que al viejo le gustaba ir, sentados en una mesa compartiendo nuestra reciente experiencia como buenos amigos en los que nos habíamos vuelto. Al otro día apenas abrí mis ojos creí ver un ángel pues ella estaba parada frente a mí, mirándome- Debemos hablar…Carlos y Valentín nos esperan en la sala.
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