Ayer: "Entre el cielo y la tierra" Parte 19
- cryztal2
- 29 dic 2017
- 5 Min. de lectura
Tal vez quieres saber como termina mi historia déjame adelantarte lo importante...me muero, dejo de existir, no respiro, no corre sangre por mis venas, mi corazón deja de latir y probablemente no tenga un cuerpo humano y real al cual volver si es que pudiera hacerlo como se suponía que podría, no lo sé, estoy varado, quizás sea yo o tal vez necesite ayuda para volver y no sé como pedirla ni a quien, no me ven, no me escuchan soy una gran nada y todo gracias a mi valentía, solo espero que mis hermanos hayan terminado en algún lugar mejor, lo último que recuerdo es que yo caía y ellos me siguieron, no debieron era mi decisión.
Alto, ahora que lo pienso esto me recuerda a aquellas niñas capturadas por aquel demonio. Era uno de los seres más atroces que enfrentamos, un demonio superior llamado Moloc, oculto en el cuerpo de un joven esbelto de cabellos claros y largos, ojos grises y piel blanca y pálida solía vestir un pantalón de cuero elastizado, un cinturón con figuras macabras y su pecho solo cubierto con sus tatuajes. el secuestra niñas en edad escolar y las mantenía en jaulas, les daba de comer como si fueran animales, solo recordar ese lugar me descompone, las sacaba para divertirse las golpeaba y las violaba, las embarazaba tenían sus niños y luego se los comía, el se alimentaba de sus bebés, se comía a sus propios hijos. ella había muerto dando a luz, lo último que recordaba era sangre a su alrededor y ese loco llevándose su bebe, daba vueltas por ese lugar, perdida, desconcertada y confundida, ella quería ir a casa pero ya no podía volver, era un fantasma pero de lo más real, ella no debía morir así, un demonio no debía secuestrarla pero así fue y causó un quiebre que la puso en el limbo y allí estaba obligada a vagar hasta que aquel demonio desaparezca, a su lado había otra niña un poco más vivaz que ella, lo recordaba todo pero no se animaba a contárselo.
A veces veía a su hijo por ahí y salía a correrlo desesperada pero era una pesadilla eterna que se repetía siempre terminaba siendo devorado por el aunque a veces ni siquiera era su hijo.
Te contare como las salvamos aunque no creo que pueda salvarme a mí.
Seguíamos en la búsqueda de los siete yo y el viejo recorríamos las plazas ya que sabíamos que los atrae la naturaleza, estábamos en una un poco sombría a pocos metros de allí había un riachuelo y era un lugar fabril así que donde no había una fábrica o un depósito habían baldíos, eran muy pocas las viviendas y habitadas las únicas estaban alrededor de la plaza, decidimos seguir caminando y llegamos a bordear el riachuelo cuando a unas cuadras veo sus luces ambas estaban sentadas frente a él arrojándole cosas.
-Hermano, ¿ellas? -se las señale y el miro extrañado
-¿Quienes?
- Las niñas que están allí sentadas, las que aún llevan su traje de escuela
- ¿Has estado bebiendo temprano?
- ¿Por qué lo dices?, ven vamos a acercarnos.
Nos acercamos hasta ellas y no termine de decir "Hey niñas" y ya se habían esfumado.
- Hermano, no hay nadie aquí, no he visto a ningunas niñas.
En eso doy media vuelta y creo verlas ingresando en un depósito - Haya están, ven - El me sigue aunque algo dudoso.
Nos paramos justo delante de la entrada.
-¿Entraremos aquí? Sabes que eso es una irrupción legal de la propiedad...
- Estás en cómico, ¿Desde cuándo te importan esas cosas?
- No lo sé pero algo me da mala espina... tal vez el hecho de que estemos siguiendo fantasmitas...- Mientras abro la puerta ya que el lugar parecía abandonado y un olor nauseabundo sale de allí dentro- ¡Mi dios! , en este lugar debe haber un cadáver.
Entramos y empezamos a caminar por allí, había sangre seca en el piso, jaulones de perro sucios llenos de heces en su interior.
- ¡Que demonio vive aquí!
- No creo que viva nada aquí, más bien parece su parque de diversiones.
Había dos camas cuchetas a un costado y en el fondo del lugar un sillón situado como si fuera un trono.
Me quedé mirando una mesa que contenía frascos con lo que parecía placenta cuando su luz me deja ciego y la escucho.
- Deben irse, él está por volver
- ¿Quién eres? ¿Que eres?
- Luana, emm… él nos mató pero mi amiga no recuerda y solo la acompaño
- ¿Quién es él?
- Moloc…- Ella desaparece – Desde el otro lado de la habitación el viejo dice
- Oye vidente…creo que alguien se acerca, deberíamos irnos o escondernos y rápido porque huele a escoria…- El se acerco y tomo su hombro.
- Ok, saltemos entonces – Ambos se esfumaron hacia el departamento que estaban habitando, allí se encontraba Valentín sentado en el sillón, leyendo cuando se queda mirándolos y menciona
-¿Ustedes son esa peste?
- Ni que lo digas hermano, no sabes en el chiquero que hemos estado además ahora nuestro hermanito prodigo es vidente, tiene visiones o ve fantasmas, hemos estado persiguiendo dos niñas invisibles…
- ¿Estás hablando enserio?¿Tu no viste a las chicas?
-No, es lo que te he dicho todo el tiempo, no vi a nadie, solo estábamos tu y yo en ese lugar…
- Pero…y entonces…Valentin, ¿Te suena el nombre Moloc?...
-¿Y ese nombre?- Exclama el viejo
- Es el nombre que me dio una de las chicas, dijo que él las mato…
- ¡Dios!, no es posible que los dejo solo un día y terminan en el nido de Moloc, esto sí que no me lo esperaba…- responde algo furioso Valentin.
- Entonces…sabes de el…
- Claro, es uno de los demonios mayores, no imagine que estuviera despierto pero si así lo es, son malas noticias, el tipo es lo peor de lo peor, en Suiza cuando despertó era tal el caos y temor que provoco que hasta hicieron una escultura con la cual prevenían a los niños y niñas, claro que no es nada real porque los que lo conocían eran de su círculo o terminaban muertos y se han inventado cientos de historias a su alrededor, la verdadera es que él se lleva chicas, la mayoría adolescentes que puedan concebir, las embaraza y cuando tienen a sus hijos se los come, dicen que esos niños, su descendencia son la fuente principal de su poder…
- Ahora entiendo lo de los frascos, el olor…debemos hacer algo, esas niñas, debemos encontrar la forma de ayudarlas.
- ¿Y como se supone que ayudemos a unos fantasmas? – Pregunto el viejo
- No lo sé, pero debe haber alguna manera si nos deshacemos de el.
- Si tu lo dices, aunque no creo que un come niños sea tan fácil de comer…
- Y menos con sus habilidades – Exclamo Valentín.
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